Tu perro tiene un gran repertorio de ladridos diferentes y cada uno de ellos significa algo distinto. ¿Tienes problemas para diferenciar entre un aullido seguido de un ladrido o tres gruñidos y un aullido y no sabes qué hacer?
Esta actitud genera malestar en los vecinos cuando te encuentras fuera de casa, y puede crear situaciones embarazosas cuando lo dejas en la puerta de una tienda y provoca a los transeúntes que pasan por allí cerca o hace imposible una conversación telefónica.
Desde el punto de vista del perro es sencillamente una forma de expresarse, con la que comunica exactamente lo que siente. De hecho, la única vez que no ladrará para comunicarse es cuando muestre una conducta sumisa.
El ladrido para evitar que alguien entre en tu propiedad, en principio es algo correcto. El problema se presenta cuando el perro ladra cada vez que alguien pasa cerca de allí. En cualquier caso, en lo que a él respecta, el hecho de que la mayoría de la gente se retire cuando esto ocurre es una prueba del éxito que
obtiene con esto.
Puedes intentar mandarle callar chillándole. Desafortunadamente, a pesar de su habilidad para la comunicación él no habla nuestro idioma. En realidad, pensará que tu también estas ladrando y lo que hará es doblar sus esfuerzos como respuesta. Lo verá como una buena forma de llamar la atención, aunque sólo le grites “Calla” y querrá ladrar incluso cuando no haya nadie alrededor para conseguir una respuesta.
Después existe el perro que ladra para llamar la atención cuando su dueño se encuentra en compañía de alguien. En alguna ocasión, es posible que hayas visitado a un amigo y hayas tenido marcharte sólo porque los ladridos no le dejaban mantener una conversación normal. Tu amigo quizás intente hacer lo imposible por callarle, desde intentar jugar con él hasta unas simples caricias, consiguiendo que sus ladridos vuelvan a producirse en cuanto se sienta ignorado.
Hay parejas que tienen que comprobar primero dónde está el perro antes de besarse o de darse un abrazo, a menos que no les importe que se les interrumpa bruscamente con ladridos. El perro puede mostrar la misma
conducta para llamar la atención cuando habla por teléfono, está viendo la televisión o está conduciendo.
Por irónico que parezca, una de las formas más fáciles de enseñar a un perro a que no ladre es enseñándole a ladrar cuando se le ordene.
En primer lugar, encuentra la manera más tentadora en que el perro pueda expresarse. Quizá sólo sea necesario mantener en alto su recipiente de la comida, su juguete favorito o una golosina. Cuando ladre, felicítele y repita “Ladra”. Vuelve a realizar el ejercicio con la frecuencia suficiente como para que asocie esa orden al ladrido. De esta forma, conseguirás que ladre cuando se lo mande.
En este momento, cuando esté ladrando introduce las palabras “Quieto” o “Calla” y ofrécele un juguete o algo de comida cuando se calle. Con las repeticiones, el perro asociará la orden con estar callado y su premio correspondiente. Como en cualquier momento del adiestramiento, procura felicitarle de inmediato cuando lo haga bien, no después.
Refuerza este buen comportamiento recompensándole cuando se porte bien en situaciones en las que él normalmente se haría notar. Cuando el comportamiento del perro le permita conversar tranquilamente con sus amigos y no ladre cuando entre un vecino, felicítale con grandes elogios y obséquiale con un premio.
Es una buena receta para llevar una vida tranquila.
![]() |
VOTA AQUI |
No hay comentarios:
Publicar un comentario